4. Abr. (La canción de la primavera)
Por
entre las casetas de la
Feria del Libro viejo y Antiguo
Feria del Libro viejo y Antiguo
Extrañaste…
la quietud de los jardines de vacío acariciados, la bruma desdibujando los
bulevares de blanco, y la delicada humedad en las ventanas condensada... cuando
agostó la canción de la inquieta primavera.
Extrañaste…
los sudarios helados sobre las arterias de asfalto, los glisandeos de humo
hiriendo hasta las nubes imposibles, y el olor de la leña aliviando en días de
color atenazado… cuando se alzó la canción de la inquieta primavera.
Extrañaste…
el crujir siena y grana de las moquetas tejidas de hojarasca, los suspiros de
vaho copiando el viaje del alma purífica, y el largo sueño de una noche
infinita de invierno… cuando abrumó la canción de la inquieta primavera.
Y
además, extrañaste… los taciturnos paseos con un viejo libro rezagado en la
olvidanza, el mortecino recitaje de un poeta perdido en el abismo, y la emoción
sin penas que pervivió en las páginas de una novela… cuando, sin casi percatarte, se acalló la
canción de aquella primavera.