martes, 4 de abril de 2017

Derivas e impresiones (IV)


4. Abr. (La canción de la primavera)
Por entre las casetas de la
Feria del Libro viejo y Antiguo
Extrañaste… la quietud de los jardines de vacío acariciados, la bruma desdibujando los bulevares de blanco, y la delicada humedad en las ventanas condensada... cuando agostó la canción de la inquieta primavera.
Extrañaste… los sudarios helados sobre las arterias de asfalto, los glisandeos de humo hiriendo hasta las nubes imposibles, y el olor de la leña aliviando en días de color atenazado… cuando se alzó la canción de la inquieta primavera.
Extrañaste… el crujir siena y grana de las moquetas tejidas de hojarasca, los suspiros de vaho copiando el viaje del alma purífica, y el largo sueño de una noche infinita de invierno… cuando abrumó la canción de la inquieta primavera.
Y además, extrañaste… los taciturnos paseos con un viejo libro rezagado en la olvidanza, el mortecino recitaje de un poeta perdido en el abismo, y la emoción sin penas que pervivió en las páginas de una novela…  cuando, sin casi percatarte, se acalló la canción de aquella primavera.