martes, 22 de marzo de 2016

Entrevista a Adrián Flor, juventud, trabajo e inquietud


En esta nueva ocasión vamos a indagar un poco en una persona de Zaragoza que desde hace un tiempo viene pegando muy fuerte en el panorama artístico aragonés, si bien su recorrido, pese a su juventud, goza de un bagaje nada desdeñable.

 

Quedé con Adrián para comer y tertuliar un par de horas antes de la interviú, quería que me contara un poco más sobre él, indagar en su psique, conocer otras facetas suyas, solo posibles en un ambiente relajado y distendido fuera de la siempre perturbadora grabadora del ordenador. Adrián, que acababa de salir de las clases de su maestría parecía un tanto derrengado, después supe cuán le absorbían las prácticas y actividades que tenía que realizar amén del trabajo vespertino en unos famosos grandes almacenes de la capital. Comimos un bocadillo cosa rápida, y mientras tanto tuvimos una distendida y provechosa tertulia sobre nuestros  proyectos, vivaquerajes, y quehaceres presentes y pretéritos. Cuando pareció haber recobrado las fuerzas, decidimos marchar a un lugar con menos bullicio para dar comienzo a la interviú. El sol lucía en aquellas horas de la tarde, y casi impelía a tirarse en medio del césped como pastorcillos despreocupados, o algún personajillo esmerilado de estampa impresionista; pero resistimos la llamada vagatil de la Naturaleza y finalmente, en una cafetería especializada en productos del Outremer y regentada por un camarero de antepasados fenicios, hititas, o vayan ustedes a saber, principiamos ya como entrevistante y entrevistado a deshojar el ramillete de preguntas que tenía preparado para tal sazón. Aquel día busqué al joven y despreocupado poeta y topé con un esforzado trabajador lleno de proyectos.

* * *

De Adrián Flor se puede resaltar, a modo de reseña profesional, que ha participado en la hoy ¿desaparecida? revista universitaria Eclipse; también es organizador de los ya reconocidos Altercados tanto en su versión ‘poéticos’ como en su versión ‘Slam’; y por otro lado, ha publicado en varías revistas y colecciones de poesía. Por último no se puede dejar de destacar su reciente publicación poética: Compañero de viaje, con La herradura oxidada; y Autobusario, que a no mucho tardar lanzará la editorial aragonesa Communiter. 

Adrián Flor, entre el café y el libro, hace gala de una despierta y viva mirada


1. Una persona como tú, que en pocos años ha organizado tal cantidad de eventos poéticos en Zaragoza, y participado como redactor en una revista universitaria, ¿en qué momento decidió embarcarse en tales actividades de forma individual? ¿Te sientes más cómodo que trabajando en grupo?

Me gusta esa pregunta, lo cierto es que trabajo solo porque es más cómodo, quizá el lado negativo de esto es que los resultados puedan ser menos interesantes, es complicado trabajar en equipo, aunque los puntos de vista siempre pueden aportar y enriquecer. De forma solitaria tengo una carga de trabajo mayor, eso es seguro. En definitiva las dos formas de trabajo tienen sus ventajas y sus inconvenientes, pero por ahora a mí me va bien trabajar como un lobo solitario.

2. Se podría decir que el Altercado slam es un salto cualitativo en tu haber, al tratarse de un evento que forma parte de una competición a nivel nacional. Ello te habrá permitido tomar con mayor perspectiva lo que se hace en tu ciudad y en otras. Hasta ahora ¿qué valoración haces de las nuevas hornadas de poetas zaragozanos? ¿Hay cantera para que Zaragoza pueda convertirse en un referente a nivel nacional?

Sobre la perspectiva, te das cuenta que Zaragoza aún está por detrás de otras ciudades como Barcelona, Madrid, algunas andaluzas…; aunque sí he notado que, pese a todo, la poesía mueve más que tiempo atrás. Recuerdo que hace unos años Zaragoza era un yermo, a los actos acudían los mismos de siempre, y sobre todo gente de cierta edad. Ahora hay un montón de gente nueva con menos de treinta años. Zaragoza ha cambiado, tú también puedes verlo. La gente que participa actualmente en mis eventos aporta novedades, frescura, independientemente de que puedan gustar más o menos a los puristas, y yo eso lo valoro mucho. Antes me veía solo, y me veía casi obligado a tratar siempre con gente de mayor edad que yo. Ahora es muy diferente, por ejemplo, ahí está Sandra Lario con Noches de Poemia en la Bóveda del Albergue, que realiza unos fabulosos reportajes fotográficos.

3. Sobre la organización de eventos, ¿has encontrado algún tipo de apoyo institucional ya sea a nivel político o universitario? ¿Crees que las instituciones públicas deberían entrometerse más, o es mejor que no intervengan en este tipo de actividades para que no influyan con sus intereses?

Es una pregunta complicada, ya que soy antiestatal por principios, si bien tengo algún que otro amigo que opina que el futuro de la poesía pasa porque esté subvencionada por el Estado. Creo que lo ideal sería el punto medio, que las instituciones actúen como intermediarios, quiero decir, que administren el dinero que, siendo de todos, no se destine a los colegas. El problema es que parece que estas ayudas, si no se dan a los amigos, se otorgan a asociaciones de la misma cuerda ideológica. En otros países conozco casos, por ejemplo en prensa, donde el propio estado subvenciona por igual periódicos del partido gobernante como de la oposición. Ahora bien, si no se recibe ningún tipo de ayuda también se corre el riesgo de que el arte caiga en manos del capitalismo extremo, y eso tampoco me gusta; de ahí que opine que el punto intermedio es lo justo.

—Vamos, lo que no te gusta es que las instituciones, ya sean ministerios, consejerías de cultura, etc., metan la zarpa con intenciones partidistas.

¡Claro! Y luego vemos el asunto de cómo afecta a la libertad de expresión; algunas asociaciones se autocensuran para no molestar a los poderes públicos y así recibir algo del pastel. Y no olvidemos los flagrantes casos de censura pura y burda como el de los titiriteros en Madrid, que en el fondo guarda un tamiz político; y por tocar el sector privado ahí está Facebook: un ejemplo palmario ocurrió recientemente con la poetisa Luna Miguel. Esta artista anunció en dicho medio la publicación de su libro El dedo. Breves apuntes de la masturbación femenina y Facebook lo censuró por no considerarlo apropiado.

—Ya sabemos cómo actúa esta red social, es totalmente arbitraria y parte de delaciones, muchas veces, malintencionadas.

Sí, aleatoria, un sinsentido.

4. Hablando ya de tu obra, en Compañero de viaje tratas, desde el interior, las honduras profundas de un desengaño; por otro lado, en Autobusario, sin entrar en muchos detalles ya que está próximo a publicarse, tratas sobre una inusual relación de amor surgida en un autobús. ¿Cómo definirías tu poética? ¿Te consideras un poeta lírico, o vas más allá?

No lo sé la verdad, supongo que aún estoy buscando mi lenguaje. Pienso que el poeta debe estar en una búsqueda perpetua, en el momento que paras dejas de escribir. Recuerdo una cita de no sé quién (risas), que rezaba “el pararse es la muerte del poeta”; esto resumen muy bien mi concepción: la poesía es literatura, y como tal hay que tratarla; a mí me gusta mezclar géneros. Con respecto a los dos poemarios mencionados, es verdad que Compañero de viaje es más lírico, más tradicional por decirlo de otra forma, pero en Autobusario he tratado de mezclar  estilos, experimentar, jugar con las voces poéticas. Ya veremos cómo lo acoge el público cuando salga.

Portada de 'Compañero de viaje'


5. De forma más generalista ¿Qué ha significado la poesía para ti? ¿Qué papel ha desempeñado en tu vida para tu toma de conciencia y maduración personal?

Como lector la poesía siempre me ha acompañado; la literatura, en general, ha formado parte de mí. Una de las dimensiones de esta es que nos puede servir para enfrentarnos a situaciones inesperadas o difíciles; en otras palabras, que nos muestra una serie de problemáticas que también nos pueden ocurrir, o han ocurrido, y por ello puede aportar soluciones.

—¿Quieres decir que te ha ofrecido una mayor perspectiva para afrontar los problemas de la vida?

Sí, mira, en el Martín Fierro hay un momento donde se afirma que la poesía y la música sirven para curar las cuitas del alma, yo creo firmemente en esto. Se puede decir que eleva el espíritu, sublima, casi es balsámica, sin olvidar por ello que también existe una dimensión lúdica o de fuente de conocimiento.

6. Un pajarito me ha dicho que pretendes dar el salto al mundo de los youtuber. Exactamente ¿cuál es tu intención allí?, ¿ves salida comparable al mundo de la literatura en una actividad donde claramente dominan los vídeos de entretenimiento express?

Este año me he propuesto el reto de leer solo autoras, mis intenciones no son tanto feministas, aunque algo hay, como sí ahondar en la narrativa y ensayo realizado por mujeres; se debe esto a que, si bien en poesía puedo afirmar que he leído a bastantes mujeres, no ha ocurrido así en los otros géneros. Con respecto al proyecto de youtuber, en principio narraré mi experiencia con el reto en femenino, y llevaré a cabo reseñas de unos diez minutos sobre las obras que lea; pero por otro lado  quiero grabar también sumarios de los altercados que vaya celebrando como una forma más de interactuar con los participantes e implementar el concurso. El nombre de la página, por cierto, es ‘La caja de galletas danesas’, aunque de momento está off (risas).

7. De cara al futuro ¿cómo ves a Adrián Flor en cinco años?

¡Ufff! No lo sé, veo incertidumbre, aunque sí me veo escribiendo mejor. Me gustaría seguir organizando cosas pero no creo que prosiga con las slams. Todo en la vida son etapas, y una vez quemadas hay que pasar a otras. De todas formas tampoco pienso mucho en eso, ya se verá.

8. Bueno, a colación del reto en femenino, ya que a principios de este mes de marzo ha sido el día de la mujer trabajadora, y se habló mucho sobre la igualdad de géneros ¿qué opinión te merece la poesía en femenino? ¿Atisbas alguna diferencia con respecto a la de los hombres, o simplemente es una etiqueta más en un mundo cada vez más tendente a etiquetar?

Pregunta complicada, yo creo que sí que existe la poesía femenina. Mira existen unas diferencias de sexo innegables e inevitables, y luego existen otras de género que son impuestas, y son evitables. Ya ocurrió algo parecido en el siglo XIX, cuando al un proletario se le quiso imponer su rol de proletario, y una vez adquirido ya no salía de ahí. con respecto a las mujeres sucede igual. Ahora bien, claro que existe una manera de escribir como mujer: hay una voz femenina y una voz masculina. Esto no es nuevo, ha existido siempre, ya en la rica literatura mozárabe había hombres que escribían como mujeres, donde el yo aparecía en femenino, y luego sucedía lo contrario, había mujeres que escribían como hombres, por aquello de que no estaba bien visto que las mujeres escribieran. Todavía a Mary Shelly le recomendaban que escribiera bajo un pseudónimo masculino, y afortunadamente no lo hizo y nos legó El monstruo de Frankestein que es una espléndida novela. Quiero decir que existe una voz femenina y una voz masculina en la literatura, guste más o menos esta dicotomía. El mundo no es como debería ser, el mundo es como es, y para lo otro ya está la literatura. La historia explica el mundo como fue, y la literatura lo cuenta cómo podría ser.

9. Y ya para concluir, y como es habitual en estas entrevistas, quiero que recomiendes a los lectores tres autores fundamentales para ti, y que expliques brevemente por qué no deberíamos abandonar este mundo sin haberlos leído.

Ya que este año voy a leer solo autoras voy a citar a tres mujeres:

En poesía Pizarnik, me parece escribe una poesía descarnada y pura, es verdaderamente leal a ella, sincera. En este caso no escribe como mujer, ni como hombre, diría más bien que su género es neutro, o se libra del género.

Después Chatal Maillard, sería el correspondiente de Pizarnik en España, aunque es belga. Chantall es una poeta profunda y cognitiva.

Y por último... Santa Teresa de Jesús, porque tiene una poética muy erótica, no sé si hablaba de Dios o de quién, pero le ponía. Hay una superación de la religión a través de lo místico. Hay una erótica sugerente en Santa Teresa. Es un gran ejemplo de cómo con censura se puede también escribir bien. Es una poesía recomendable para los jóvenes pero ofreciendo las claves, para que no piensen que es una simple monja hablando de Dios, evitando con ello la crítica reduccionista. En esa ambigüedad de Santa Teresa se halla su grandeza.



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