sábado, 23 de mayo de 2015

Daniel García Arana, la crítica al ritmo de beat


 Daniel García Arana, joven traductor y poeta que ha prorrumpido con fuerza en Zaragoza volcando al castellano los enmudecidos aullidos de los ‘otros’ poetas beatniks

 

A Daniel García Arana (1988) lo conocí hará un año en una de mis visitas habituales a una de esas pequeñas librerías de viejo que jalonan la ciudad de Zaragoza. Se hallaba, este, preparando concienzudamente la edición de lo que ulteriormente serían Los otros aullidos: antología de poesía beat. A primera impresión me pareció una persona tranquila, algo introvertida incluso con aquellas gafas de lectura que no suele prodigar, las cuales dotaban al conjunto un cierto halo armónico de intelectual para nada impostado; y… ¡cosas de la vida! en esto último no me equivocaba, pero en lo primero cuán errado fue mi análisis. Daniel García si por algo se caracteriza es por ser una persona extrovertida, amén de un más que agudo observador, capaz de dar palos a diestro y siniestro gracias a su desarrollada capacidad repentista propensa al análisis mordaz poco falto de razón. 
Daniel García Arana

Con el tiempo Daniel y yo fuimos coincidiendo en varios recitales y tertulias —que no hicieron sino acrecentar mi estima por el intelectual zaragozano—, y allí pude observar cómo no solo descollaba en su labor de traductor y orador, —pues no pocas veces organizó recitales-charla sobre poesía contemporánea—, sino que también lo hacía en su faceta de poeta. Es por tanto una persona que no deja indiferente, con un estilo propio y bien acendrado que, recordando aquello de Proust sobre el estilo: «Es una revelación del universo particular que ve cada uno de nosotros», desde luego Daniel lo tiene y muy propio.
Así pues, por mi parte, no queda más que presentaros a este traductor, poeta, ¡incluso músico!, diríase que ha mantenido un próspero romance con más de una musa del Parnaso; pero que además es ante todo, y sobre todo, sincero y discreto confidente de tertulias que, para un servidor, resultaría todo un placer pergeñar este ‘interrogatorio.
1. Como reza en la biografía de tu antología: «Nacido en Zaragoza en 1988, ha cursado estudios de Lengua y Literatura Inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza, y Psicología en la UNED». Sabemos también que has ejercido la crítica literaria, cinematográfica y musical en diversas publicaciones, como Laberintos, Letras, Belong Dead, Letralia o Eclipse, en internet en letras.s5.com, etc. Eres además músico de formación. Para algunos casi podría decirse que resultas una suerte de erudito. ¿Podrías consignarnos de entre todas tus facetas, ya sea de profesional o artista, en cuál de ellas te encuentras más cómodo o te produce más satisfacción personal?
Bueno, supongo que cada una de ellas tiene su propia lógica de contar su existencia, pero es verdad que he disfrutado especialmente en la que respecta a la escritura, bien como poeta o como traductor, y por supuesto como crítico literario, con todo lo que supone a este respecto abrirse paso en determinados caminos. La música, por otro lado, va relacionada con todo lo anterior, pues como no pinto ni esculpo, pues supongo que de todas las facetas del arte me tocó quedarme con la escritura y la música. Toco la guitarra y los teclados en general: piano, órgano… Casi sería como Bert el hombre orquesta de Mary Poppins (risas de entrambos).
2. En 2014 publicaste con el sello ‘Sindicato de Trabajos Imaginarios’ una antología sobre la otra poesía beatnik intitulada Los otros aullidos, en ella rescataste las voces de aquellos poetas menos conocidos en nuestro país que pertenecieron a tal movimiento. En mi opinión tu trabajo ha venido a llenar un vacío real pero, ¿para ti, pergeñar tal traducción fue más que un mero acto editorial, una obligación para con el movimiento? Y en relación a esto ¿consideras que la poesía beatnik, más allá de sus grandes cabezas, sigue siendo una gran desconocida en España?
A la primera pregunta, se podría decir que sí, de alguna manera era una asignatura pendiente con la generación beat como tal, de todas formas está claro que no va a llegar a la gran mayoría de ellos, o puede que no se enteren nunca. A mi parecer de traductor y estudioso de la literatura norteamericana, tal escuela poética solo se ha conocido en nuestro país fundamentalmente por sus grandes cabezas. Así pues con mi trabajo venía a cubrir, en la medida de lo posible ese vacío existente, ya no solo por aquellos hombres menos conocidos, sino también por las mujeres beat: eso sí que era una asignatura pendiente. Recientemente ha salido una antología de mujeres beat, y la verdad se agradece que se venga a cubrir, por fin, ese hueco para el lector español.
A la segunda parte, te puedo responder que sí. Existe actualmente una tendencia a autocalificarse de neobeat, o postbeat, y lo que la gente no sabe es que esto no significa ser un barbudo con gafas de pasta.  El beat es toda una ideología y un modo de vida. Como antes he dicho, prácticamente solo se conoce a Allen Ginsberg, Kerouac, y Burroughs, y aún con todo a este último no se le termina de identificar bien. 
Edición de Sindicato de Trabajos Imaginarios

3. Hablemos un poco de la generación beat, dices en tu antología que esta nace de una desafección en la posguerra de la II G. M.  La espiritualidad, el sexo, las drogas, el jazz, son los grandes temas de los poemas. ¿Podría decirse que esos ‘aullidos’, es decir sus poemas, claman por un cambio en el mundo?, o quizá, los beat simplemente se comportaron como unos chicos inconformistas rebeldes, más que como unos revolucionarios.
Es una pregunta muy interesante, porque la respuesta siempre será contradictoria. Para mí, sí que es una poesía que anhela el cambio y que puede prevalecer hoy sin perder su actualidad; pero no es menos cierto que los beatnik, salvo excepciones contadas como Ginsberg que era un reconocido comunista, estaban más cerca del inconformismo y la rebeldía, que de querer cambiar el mundo: no había una idea por su parte de alcanzar una revolución sino más bien la intencionalidad era enfadarse, cabrearse… aullar contra la sociedad presente.
4. El jazz como indicas bien, parece ser la música por excelencia de este movimiento; uno cuando lee o recita estos poemas, pareciera que podría hacerlo a ritmo de jazz  perfectamente; así se entiende y no resulta raro ver cómo en tal movimiento el componente afroamericano comienza ya a descollar. ¿Qué podría decirnos de la influencia afroamericana en la poesía beatnik?, ¿marca o influye en otros autores de igual forma que sus compañeros blancos?
Sí por supuesto, la influencia del jazz es innegable; hay que recordar que a la par que nace el movimiento beat, también nace el movimiento de poesía negra, son toda una suerte de autores afroamericanos liderados por Leroy Jones. Es importante no obviar el cambio que trae esta cultura, pues principalmente se produce una transformación rítmica en la estructura poética como tal. En cierta forma hay una tendencia hacia la negritud a través del jazz, los afroamericanos sienten este estilo musical como algo suyo, y a través de él reivindican su cultura. A colación de esto me gustaría resaltar el caso de Bob Kaufman cuya poesía es puro ritmo, se ve muy claro en poemas como Jazz Chick 0 The jazz bagel shop, donde da la impresión de que sus versos están escritos a golpe de baqueta, y esto, volviendo otra vez a lo anterior, se puede unir con la cuestión afroamericana, se trata de reivindicar esa identidad por medio del ritmo.
5. Y no podemos pasar por alto a la mujer, recientemente se publicó Beat Attitude: antología de poetas mujeres de la generación beat, donde Analisa Marí recupera la voz femenina de dicho movimiento. Antes que ella tú ya reservaste un apartado en tu prólogo donde esbozabas brevemente el papel del género femenino dentro del beatnik. Analisa Marí, en una entrevista en el diario ABC, afirmaba que las mujeres beat fueron muy contestatarias y lo que menos les interesaba era ponerse una etiqueta, afirma que fue a posteriori cuando los críticos, e incluso ellas, empezaron a ser conscientes de que formaban parte de aquella generación. ¿Estás de acuerdo con tal afirmación?
Sí, de alguna manera ellas simplemente se sabían poetas, rechazaban las etiquetas, entre otras cosas porque la primera etiqueta que se les puso fue las de ‘la novia de’, ‘la mujer de’, ‘la exnovia de’… Le pasó así a Carolyn Cassady, Joanne Kyger, etc., había una tendencia a etiquetarlas, ya no como mujeres poeta, sino como ‘parejas de’, lo cual resultaba terrible. Pero por encima de etiquetas lo que han sido siempre, y serán, son poetas.
-¿Hay algún tipo de impronta del movimiento feminista en estas mujeres?
Sí, por supuesto, hay que recordar que casi todas ellas son nacieron entre mediados de los años treinta y los años cuarenta. Por tanto estas mujeres alcanzan la treintena a la par que el nacimiento de  los movimientos hippies, o el auge del moderno movimiento feminista y no olvidemos también y sobre todo aquel mayo del 68;
6. ¿Qué crees que queda de aquel movimiento beatnik hoy día? ¿Hoy lo beat tiene cabida en nuestra sociedad?
Bueno yo debo ser uno de los estudiosos del movimiento más pesimistas que hay, porque lo que pienso que queda son versos. Soy así de crudo. Se refugia la crítica en que el movimiento está vigente, y hasta cierto punto es cierto, yo mismo lo reseño en el prólogo de mi antología; pero por último lo que sobre todo nos queda son esas ganas de vivir, esas ganas de pelear, y esas ganas de, como antes hemos dicho, no de hacer tanto la revolución como sí de contestar mediante la rebeldía. A modo de curiosidad te podría decir que, hoy en día, hay ciertos movimientos sociales los cuales reivindican On the road, como una novela de crecimiento, curiosamente movimientos de izquierda cuando Kerouac estaba más cerca de la derecha ideológicamente hablando.
7. Además de Los otros aullidos tienes en marcha una pequeña antología del poeta norteamericano George Oppen que verá la luz en muy poco tiempo y en forma de plaquette, ¿Con qué se van a encontrar aquellos que compren tu plaquette, es decir, qué podrías resaltar de esta antología y del propio poeta?
Se trata de un personaje absolutamente apasionante, porque es casi desconocido en España. Se trata de uno de los mejores poetas norteamericanos contemporáneos, es el poeta de la sutileza asemejándose muchas de sus composiciones al haiuku japonés. Oppen plasma su obra de una forma muy innovadora, si tenemos en cuenta que su primer poemario data de los años treinta. El lector se topará con una poesía muy pura y muchas condensada en muy pocos versos donde se ha tratado de focalizar la realidad. Baste resaltar que Oppen fue un reconocido comunista, sufrió la execrable caza de brujas de MacArthy. El poeta goza de una gran visión analítica del mundo que, además, y no pocas veces se transmite también bajo la forma y  sutileza del haiku japonés; por tanto la síntesis es lo que podría caracterizar a este autor.
Quero advertir, ya de antemano, que cuando uno descubre a Oppen por primera vez tiene ganas de seguir indagando mucho más en su obra. Desde luego la plaquette de Oppen será una pequeña joya para los coleccionistas de la buena poesía. 
8. Ahora hablemos un poco de tu labor literaria, un pajarito me ha dicho que estás a punto de publicar un poemario el cual guarda relación con aquellos poemas que vas publicando en tu página de Facebook titulada Poéticas Abisales. Por lo que he podido observar en dicha páginas, allí publicas una serie de poemas siempre acompañados de fotografías las cuales resultan en su mayoría paisajes. ¿Qué resaltarías de tu poética?, ¿en qué se caracteriza?
Bueno, esto es siempre lo que más le cuesta al autor, hablar de lo que él escribe como tal, pero acepto el reto. Abisal, y ese concepto de lo abisal, es lo que a mí me mueve en la obra, si bien advierto que el concepto no es evidentemente nuevo. Todo el mundo sabe que los fondos abisales representan la profundidad, llegan a alcanzar miles de metros de profundidad, son lugares desconocidos, pero al fin y al cabo son lugares que existen. Mi caso es parecido. Tal como dijo Leonard Cohen cuando le dieron el premio Príncipe de Asturias: «La poesía viene de un lugar desconocido», y yo apuntillo además «sí, viene de un lugar desconocido pero que sabemos que existe».
Por otro lado en mi poética hay una tendencia al paisajismo, una tendencia también al silencio, hoy habitamos en un mundo de ruido y muchas veces se echa en falta ese silencio; de alguna manera tanto Abisal, como los otros dos poemarios que están pendientes para el año que viene, vienen a dar vueltas sobre lo mismo: sobre mirar a nuestro alrededor. El poeta debe mirar pero también debe de ver; y una vez mirado y visto debe ser capaz de comprender la realidad, separarla de la mente y compenetrarla de alguna manera. Tampoco puedo dejar de citar a James Joyce pues la extraordinaria forma del leguaje que utiliza, tanto en el Ulysses como en Finnegans Wake a pesar de ser prosa, son para mí fundamentales. 

Por concluir, en mi opinión la poesía es la hermana pequeña del silencio, y yo vengo un poco, con esta tendencia, a rendirle tributo al silencio.
9. ¿Las fotografías que realizas guardan algún tipo de relación con tu obra literaria?, ¿acaso podría decirse que las concibes como una suerte de complemento o las eliges al azar?
Es la primera vez que me hacen esta pregunta y me alegro. La mayoría de las fotografías son mías, aunque no todas. Hay una relación desde luego, aunque no sabría decirte si viene antes la fotografía o el poema, o simplemente en un momento dado, en ese camino, se encuentran: es cuestión de encajarlas. Se trata de tener un verso, de tener la fotografía y de encajarlas dos partes. Hay una intencionalidad de que el lector, al final, retenga una imagen en su cabeza, da igual cuál sea; lo interesante es que sugiera, porque si un poema sugiere una imagen se conserva mejor, y no pasa al olvido al pasar a la página siguiente.
10. Desde el corazón y con sinceridad, como artista de Zaragoza, qué aspectos positivos destacarías del panorama poético zaragozano y qué aspectos no te gustan o crees que deberían mejorarse?
 En cuanto a lo positivo…, partiendo de ese aspecto negativo que es el monopolio poético, y evidente, de ciertos nombres que no vienen al caso citar, sí que hay desde algunos pequeños lugares como el Candy Warholl con ‘Los bigotes del Potemkin’, el ‘Cabaret Poético’ del Zorro que parece que vuelve, Adrián con sus ‘Altercados’ o esa otra gente de La Bóveda, una intencionalidad de dar voz a aquella gente que ha estado silenciada, bien porque no han querido salir aún, o bien porque las estructuras oficiales no se lo permitían; esta gente, con mayor o menor fortuna, con mejor o peor arte, que eso ya es muy subjetivo, tienen en Zaragoza voz, y eso no es posible en todas las ciudades de España.
En cuanto a lo negativo creo que hacen falta más editoriales que potencien las cosas positivas antes mencionadas. Ahí tenemos Caja de Cerillas, La Herradura Oxidada, que establecen junto a otras más, una lucha desde la base, que son las mejores luchas dicho sea de paso; bregan por hacerse un huequecito, no tanto por motivos comerciales, sino porque creen en la cultura y esto los impulsa a publicar sin tener que engañar ni marear al autor.
Otros aspecto negativo, y esto ya no concierne a Zaragoza, sino a España en general, es que hemos perdido la capacidad de diferenciar lo que es poesía de una canción de rap o una canción de amor. Con todos mis respetos porque hay grandes letras de canciones, pero hemos perdido la capacidad de discernir lo que es un poema de unas letras; por ejemplo, llega alguien y dice «yo he escrito este poema de amor», y yo le respondo «no señor, mire usted ha escrito la letra de una canción, si quiere ahora mismo le traigo mi guitarra y le ponemos música». Por tanto sí que echo en falta esa aptitud de miras, la falta de crítica para saber llamar a cada cosa por su nombre: la letra de una canción, es la letra de una canción, y un poema es un poema.
11. Y ya para concluir, como he realizado en otras ocasiones, cítanos a tres poetas que hayan resultado fundamentales para tu devenir literario, y dinos por qué no deberíamos dejar de leerlos.
Mira te voy a recomendar cuatro porque yo soy muy sui generis; el primero es T. S. Heliot, porque es el poeta por excelencia sobre el tema del desastre, el cual además ya anuncio el desastre al que estábamos abocados en el periodo de entreguerras. Para mí  es el mejor analista del ser humano y sobre del devenir del ser humano que ha dado la poesía; además resultó ser siempre un auténtico fue un inconformista.
Paul Celan porque se trata de un gran fotógrafo de la imagen, en sus versos sabe capturar y recrear de forma magistral las imágenes; además representa muy bien la poética del dolor, quizá sea un poeta complicado de leer y de entender y sobre todo de traducir, por cierto.
En tercer caso Hugo Mújica, personaje extraño, actualmente sacerdote, pero anteriormente artista, amigo de la generación beat, consumió drogas y quizá, Abisal sea a quien más deba; Hugo Mújica es un poeta exquisito, utiliza el español de una forma increíble, sabe colocar las palabras exactas en sus versos, y curiosamente no utiliza nunca la palabra Dios en ellos.
Por último Chantall Maillard, descubrimiento más reciente que se lo debo a una grandísima amiga mía. Esta autora también representa la poética del dolor, no entendida como algo negativo sino como un mundo que en su caso, por una serie de vicisitudes vitales una terrible enfermedad, la pérdida de un hijo muy joven  no se puede entender sin dolor, pero a la vez anima a la construcción y elevación de pequeños templos desde abajo entendiendo esto como el camino a la salvación, pues evidentemente no puede haber salvación si no ha habido dolor anteriormente. Maillard tiene un lenguaje muy deconstruido.
Ahora, por mojarme un poco, y ya para concluir, si tuviera que quedarme con uno de estos cuatro, quizá, y con mucho esfuerzo me decantaría por Paul Celan.





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