jueves, 14 de diciembre de 2017

Derivas e impresiones (XII)

13 Dic. A la espera de las horas negras de la noche. 


Matinal; un espolvoreo talco la respiración proyectada revela; excavadoras y palas cariando a Gea; la reducida glosa del termómetro orillando el umbral de cero; y un perfil de nueva prosa que heraldos de Invierno anuncian.

(Falta mucho para alcanzarse las horas negras de la noche).

Vesperal; subió la temperatura apenas igual que el valor mercantil de la poesía; excavadoras y palas sangrando a Gea; las líneas de oro moaré desvaneciéndose, en tardo sfumato, hacia los besos encarnados del horizonte; y al acento urbano que modula un ventanal tornasolado.

(Falta poco para alcanzarse las horas negras de la noche).

Nocturnal; un fosforeo piel de naranja rozando el plafón del Orbe; excavadoras y palas, horadado el cáliz siena, dejan mecerse por Gea; los sueños enigmándose: semejando nutrirse de polvo estrellado; la voluntad, ebria de día, con vasos del Leteo se purga; y al umbral del fracaso puja el Arte ―desbordado, envuelto por delirios― a la experiencia consagrada del desastre.

(Y ya pudieron alcanzarse las horas negras de la noche).


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