Recientemente se han cumplido 75 años de la muerte de Valle-Inclán, una de las piedras angulares del modernismo español. Aprovechando esta fecha así como la lectura conjunta de "Las sonatas" organizada por el profesor Pedro Ojeda Escudero, vamos a acercarnos a este literato atendiendo a su poesía, que a día de hoy es quizás menos conocida que su obra narrativa.
Su obra poética se reduce a tres libros: Aromas de leyenda (1907), La pipa de kif (1919), y El pasajero (1920), recogidas todas ellas en una edición definitiva llamada Claves líricas (1930). Cuando Valle-Inclán sacó su primera obra contaba ya con los cuarenta años, esto no quiere decir que no hubiera escrito poesía antes, pues ya en su juventud realizó poemas de corte romántico que fueron publicados en periódicos como El Imparcial o El Sol. Sin embargo su compromiso con la prosa y otros quehaceres literarios le impidieron abordar serieamente la lírica hasta ya bien entrada su madurez.
- Aromas de leyenda (1907)
(LOS POBRES DE DIOS)
Por los caminos florecidos
va la caravana de los desvalidos,
ciegos, leprosos y desvalidos.
No tienen albergue en la noche fría,
no tienen yantar a la luz del día
por eso son hijos de Santa María.
El polvo quema sus llagas rojas,
sus oraciones son congojas:
van entre el polvo como las hojas.
Van caminos de sementeras,
caminos verdes entre eras,
en donde cantan las vaqueras.
COMO CHOVE MIUDIÑO,
COMO MIUDIÑO CHOVE,
POL'A BANDA DE LAIÑO,
POL'A BANDA DE LESTROVE.
- El pasajero (1920)
El propio nombre de este libro de poemas —El pasajero— deja entrever que trata una búsqueda iniciática del poeta. Es posible que la escribiera hacia 1912-1913, tras una época de constantes viajes. Aquí el simbolismo, el esteticismo decadentista —satanismo, mujeres fatales, serpientes, la rosa como símbolo principal que denomina a la mayor parte de sus poemas—, sumado a ciertos elementos que indican ya un nuevo horizonte vanguardista, hacen de este poemario una pieza clave para comprender su evolución literaria.
(ROSA DE MELANCOLÍA)
Era yo otro tiempo un pastor de estrellas,
y la vida, como luminoso canto.
Un símbolo eran las cosas más bellas
para mí: La rosa, la niña, el acanto.
Y era la armoniosa voz del mundo, una
onda azul que rompe en la playa de oro,
cantando el oculto poder de la luna
sobre los destinos del humano coro.
Me daba Epicuro sus ánforas llenas,
un fauno me daba su agreste alegría,
un pastor de Arcadia, miel de sus colmenas.
Pero hacia el ensueño navegando un día,
escuché lejano canto de sirenas
y enfermó mi alma de melancolía.
- La pipa de kif (1919)
(GARROTE VIL)
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan! Canta el martillo,
el garrote alzando están,
canta en el campo un cuclillo,
y las estrellas se van
al compás del estribillo
con que repica el martillo:
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!
El patíbulo destaca
trágico, nocturno y gris,
la ronda de la petaca
sigue a la ronda de anís,
pica tabaco la faca
y el patíbulo destaca
sobre el alba flor de lis.
Áspera copla remota
que rasguea un guitarrón
se escucha. Grito de jota
del morapio peleón.
El cabileño patriota
canta la canción remota
de las glorias de Aragón.
Apicarada pelambre
al pie del garrote vil,
se solaza muerta de hambre.
Da vayas al alguacil,
y con un rumor de enjambre
acoge hostil la pelambre
a la hostil Guardia Civil.
Un gitano vende churros
al socaire de un corral,
asoman flautistas burros
las orejas al bardal,
y en el corro de baturros
el gitano de los churros
beatifica al criminal.
El reo espera en capilla,
reza un clérigo en latín,
llora una vela amarilla,
y el sentenciado da fin
a la amarilla tortilla
de yerbas. Fue a la capilla
la cena del cafetín.
el verdugo gana el pan,
un paño enluta el banquillo.
Como el paño es catalán,
se está volviendo amarillo
al son que canta el martillo.
¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!
Estupenda entrada, amigo!!
ResponderEliminarValle Inclán, un genio, adoro su obra.
gracias y gracias ¡totales!!
PD -> el soneto acentuaba en 2da. 6ta. y 12va.
yo me había equivocado (puse 10ma.)
gracias por eso también
Me guardo tu entrada, esa rosa hay que olerla despacito. De la del garrote vil se me quedó lo del gitano de los churros...Gran escritor Valle Inclán, con muchos registros.
ResponderEliminarUn abrazo de Abejita de la Vega, María Ángeles
Con tu permiso, me llevo la entrada a mis noticias sobre la lectura de las Sonatas de Valle de los jueves.
ResponderEliminar¡Gracias!
Omar: alégrome dello. Como buen galleginho no podía ser menos.
ResponderEliminarAbejita: no pudes dejar pasar las rosas valleinclanianas resultan buen manjar. Con respecto a lo del gitano, en La pipa de Kif, hay muchas notas de humor.
Pedro: Agradecido me hallo
Estupenda entrada sobre la poesía de Valle. Me han gustado mucho las tres. Es curioso como en aquellos años estos escritores fumaban opio o kif o tomaban morfina (caso de Bécquer) como si nada... Sustancias, por otro lado, que mejoraban la creatividad. Una curiosidad... ¿Qué son las "influencias darinianas"? Besotes, M.
ResponderEliminarHola Merche, primero decir que sí, estos amigos ponían en práctica la máxima de crear sus paraísos artificiales para después realizar grandes obras. Quizás uno de los casos más extremos fue el de Jean Lorrain con el éter, cuyos cuentos en ocasiones parecen auténticas alucinaciones.
ResponderEliminarCon respecto a “influencias darinianas” me refiero a influencias del gran maestro del modernismo: Rubén Darío, pues la simbología de la obra, ese espiritualismo latente, etc. recuerdan al del Maestro. Ten en cuenta que Valle y Rubén no solo se conocían sino que se apreciaban, hasta tal punto que podemos ver algo que no he mencionado antes, y es que como prólogo a la obra de Aromas de leyenda encontramos un soneto llamado SONETO ICONOGRÁFICO PARA EL SEÑOR MARQUÉS DE BRADOMÍN DE RUBÉN DARÍO, SU AMIGO.
Este gran don Ramón, de las barbas de chivo,
Cuya sonrisa es la flor de su figura.
Parece un viejo dios, altanero y esquivo.
Que se animase en la frialdad de su escultura.
El cobre de sus ojos por instantes fulgura
Y da una llama roja tras un ramo de olivo.
Tengo la sensación de que siento y que vivo
A su lado una vida más intensa y más dura.
Este gran don Ramón de Valle-Inclán me inquieta.
Y a través del zodiaco de mis versos actuales
Se me esfuma en radiosas visiones del poeta,
O se me rompe en un fracaso de cristales.
Yo le he visto arrancarse del pecho la saeta
Que le lanzan los siete pecados capitales.
A pesar de que se introdujera el soneto posteriomente, resulta significativo. La verdad es que hay más menciones de ambos maestros en sus obras, y resulta una delicia ir poco a poco descubriéndolas.
¡Gracias por esa magnífica explicación y por ese soneto del gran Rubén Darío! No caí que "darinianas" se refería a ese gran poeta al cual, admito, tampoco he leido mucho. Lo corregiré.
ResponderEliminarReferente a los "paraisos artificiales", te contaré una anécdota: Cuando mi cuñado Luis se fue a vivir a Ibiza en 1958, en la farmacia de la ciudad, repleta de recipientes de porcelana típicos de las boticas de la época, había una que resaltaba porque claramente ponía "opio". Besotes, M.
Jajaja, anécdota muy interesante, Ibiza y ya casi los 60, seguro que ese recipiente no tardó mucho tiempo en agotarse.
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí Merche.
Hola, Delgado:
ResponderEliminarMil gracias por acercarnos a la literatura española y darnos a conocer uno de sus grandes exponentes.
Un abrazo.
Rafael, Valle es uno de los imprescindibles, su obra es tan prolija que hay gustos para todos.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Saludos Delgado,
ResponderEliminarBuen artículo sobre Valle Inclán. No por conocido, deja de tener vigencia e interés en cada momento.
Abrazos.
Sí señor, nunca está de más tenerlo presente. Por algo es un clásico
ResponderEliminarSaludos Balamgo